La salud mental y la salud bucal están más interconectadas de lo que parece. El estrés vivió durante y después de la pandemia ha causado un aumento drástico en Bruxismo En España: del 6 % en 2019 a casi el 23 % en 2023, según el Libro Blanco 2023 del Consejo General de Dentistas.
El bruxismo, ya sea vigilia o sueño, está fuertemente relacionado con la ansiedad diaria y el estrés. Un estudio de UCM concluye que el bruxismo del sueño está relacionado con el estrés pasivo, mientras que el día surge en situaciones de voltaje activo, frustración o presión constante.
Para un dentista en su ciudad, identificar signos de bruxismo no es solo un problema técnico. Significa reconocer que este desgaste dental, que el dolor mandibular o esos dolores de cabeza frecuentes pueden señalar un desequilibrio emocional. El tratamiento efectivo combina férulas de alta y rehabilitación dental con una derivación a los profesionales de la salud mental cuando sea necesario.
Además, muchos pacientes no identifican el vínculo entre su tensión emocional y los hábitos masticatorios. Por lo tanto, hablar sobre el origen emocional del bruxismo puede abrir puertas a un enfoque más integral: fisioterapia, técnica de relajación o incluso terapia psicológica complementaria.
La depresión y la ansiedad también están relacionadas con un mayor deterioro oral: menos higiene, visitas menos frecuentes al dentista, una dieta rica en azúcares o efectos secundarios de los medicamentos que reducen la saliva. Todo eso genera un mayor riesgo de caries, gingivitis y problemas periodontales.
En entornos clínicos, promover un entorno empático y ofrecer más tiempos de atención humana puede ser un apoyo silencioso para aquellos que están nerviosos o tímidos. Incluso pequeñas acciones como preguntar cómo están en general, ofrecer un plan de tratamiento progresivo o permitir descansos entre intervenciones puede marcar una gran diferencia.
Estos dos problemas recientes: crystralis adolescente mental y conexión directa entre el estrés y el bruxismo, resaltan la responsabilidad de las clínicas dentales: no solo tratan bocas, sino también a las personas. Una clínica que integra la salud emocional en su mirada es un espacio terapéutico mediador y protector, capaz de ofrecer más atención humana y eficiente.

